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No creo que se llame imaginación, simplemente me gusta mirar hacia un costado y ver más de lo que observo.
Se acabaron todos esos meses en los que daba por sentado que me consideraba un ser maravilloso. Por fin me ve como soy en realidad:violenta, desconfiada, manipuladora y letal.
Y lo odio por ello
May the odds be ever in your favor

7 de junio de 2013

so unhappy...

Atendió el teléfono por ultima vez antes de partir. Rondaban las 9 de la mañana cuando termino de empacar sus recuerdos en la mochila del olvido para arrojarla lejos dónde nadie ni nada pueda alcanzarla. El sol, en lo alto, quemaba pero ella apenas podía sentirlo. Cerró los ojos una vez más sujetando sus pocas esperanzas de que alguien pudiera detenerla y hacerla entender que ya nada la lastimaría. Con una sola vuelta su mirada recorrió cada sinuosidad que la pieza aún conservaba, cada mancha esparcida entre las paredes era una memoria más de lo que iba a dejar atrás. Su celular no dejaba de sonar, sin embargo quienes intentaban comunicarse no llamaban su atención, no necesitaba a ninguno, no necesitaba a nadie, es decir, era tan fría y terca.. Sus decisiones eran las más conservadoras que conocí. Todos esos nombres que aparecían en la lista de sus llamadas perdidas..no eran las personas que ella esperaba ver. Es decir, no era esa persona. Solo un ser en su mundo podría haberla detenido solo si hubiese pensado en ella en el momento justo.
      El río no estaba del todo alborotado esa mañana, encontró en él la calma que necesitaba. Miro con la más profunda calidez la poca marea que formaban los barcos. El viento acariciaba su cuello de la forma más dulce que ví, siempre halló su felicidad en ese viento húmedo a las orillas del río. Sonrío en el momento que arrojo todas sus pertenencias y sus memorias hacia la corriente.
           Estaba a tan solo dos pasos cuando vio su vida frente a ella, como un eclipse...No me refiero literalmente, hay que aclarar que estos minuciosos detalles y expectativas son creadas por el mundo del cine. Ella solamente miró un punto fijo como si fuese lo más extraño que habría visto. Recordó cada uno de los detalles de su diminuta trayectoria. Cuando quiso darse cuenta la había soltado. La cuerda ,rígida, un poco desgastada y destartalada, presionó aumentando su fuerza cada segundo al rededor de su frágil cuello... daba la impresión de que estaba echo de terciopelo, su cara encajaba exactamente en su contexto, la hacia parecer suave, dulce y débil ante el mundo, ante todo. En un segundo gimió por ultima vez, fue un grito seco que no duro más de medio segundo. No soportaba su vida ni las circunstancias a las que la sociedad la había arrastrado. Creía en el más allá, creía en una segunda oportunidad en alguna otra dimensión, creía en la vida después de la muerte. Lo sigue creyendo, es decir, sino, ¿Cómo podría estar escribiendo esto?

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Suena irónico decir que la cosa más triste que he visto es tu sonrisa.