El río no estaba del todo alborotado esa mañana, encontró en él la calma que necesitaba. Miro con la más profunda calidez la poca marea que formaban los barcos. El viento acariciaba su cuello de la forma más dulce que ví, siempre halló su felicidad en ese viento húmedo a las orillas del río. Sonrío en el momento que arrojo todas sus pertenencias y sus memorias hacia la corriente.
Estaba a tan solo dos pasos cuando vio su vida frente a ella, como un eclipse...No me refiero literalmente, hay que aclarar que estos minuciosos detalles y expectativas son creadas por el mundo del cine. Ella solamente miró un punto fijo como si fuese lo más extraño que habría visto. Recordó cada uno de los detalles de su diminuta trayectoria. Cuando quiso darse cuenta la había soltado. La cuerda ,rígida, un poco desgastada y destartalada, presionó aumentando su fuerza cada segundo al rededor de su frágil cuello... daba la impresión de que estaba echo de terciopelo, su cara encajaba exactamente en su contexto, la hacia parecer suave, dulce y débil ante el mundo, ante todo. En un segundo gimió por ultima vez, fue un grito seco que no duro más de medio segundo. No soportaba su vida ni las circunstancias a las que la sociedad la había arrastrado. Creía en el más allá, creía en una segunda oportunidad en alguna otra dimensión, creía en la vida después de la muerte. Lo sigue creyendo, es decir, sino, ¿Cómo podría estar escribiendo esto?
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