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No creo que se llame imaginación, simplemente me gusta mirar hacia un costado y ver más de lo que observo.
Se acabaron todos esos meses en los que daba por sentado que me consideraba un ser maravilloso. Por fin me ve como soy en realidad:violenta, desconfiada, manipuladora y letal.
Y lo odio por ello
May the odds be ever in your favor

21 de agosto de 2012

Mairym era una chica a la que le encantaba mirarse en los espejos. En cualquier lugar, se pasaba las horas muertas delante de uno. Ensayaba poses para aquellas fotos que nunca se echaba, comprobaba hasta el último retoque, de su peinado, de su cara de muñeca. A todas horas.
Una mañana como cualquier otra, al levantarse, se dispuso a mirarse en el espejo de su habitación.
Pero...algo extraño sucedía, cuando le dio tiempo a asimilarlo, apreció que su reflejo tenía una cara distinta a la suya, entre triste y enfadada...Qué raro.-pensó. Si esta mañana me he levantado con buena cara...
Empezó a asustarse cuando se dio cuenta de que el reflejo no tenía adoptada la misma postura de extrañeza que ella. Y aún más cuando su reflejo le habló.
- Hola...te gusta mirarte en los espejos, ¿verdad?
+ ¿Quién eres?
- ¿Yo? Yo soy tú. ¿Y tú?
+ Espera... no me líes. No eres quién para hacerme esa pregunta, eres muy descarada. Yo soy yo y punto, así que tú no...
- Sí, yo sí. Y te hago esa pregunta porque verdaderamente no sé quién eres. No te reconozco.
+...¿Qué quieres de mí?
- ¿Te gusta lo que ves?
+ Pues claro, pero ahora no me gusta nada. Es más, me da asco. Te estoy viendo a ti.
-Exacto, te estás viendo a ti. Y no te gusta lo que ves. ¿Sabes? Me tienes muy, pero que muy descontenta.
+ Qué asco das...
- Te responderé a tu pregunta. Lo quiero todo de ti. Todo lo bueno, y no me lo das. Para empezar, haces que no me quiera a mí misma, haces que no demuestre mis sentimientos, me haces llorar, me haces encerrarme en mí misma, me haces ser orgullosa, me haces pagar mis enfados con quien no se lo merece, me haces amargarme...tengo miedo.
+ Tienes miedo...¿ Y qué? ¿Qué culpa tengo yo? Yo no tengo que darte nada, en absoluto...
- Toda...el miedo eres tú. Recuerda quién soy. ¿Tienes claro ya quién eres?

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Suena irónico decir que la cosa más triste que he visto es tu sonrisa.