Ya no sé como se hacía para que una persona no dejara de quererte.
Perdí el manual, los encantos, toda la simpatía que suponía tener cuando me miraba.
Y
ha vuelto, el gusto salado de las lagrimas en mi cara, la falta de
aire. Volvió la decepción,
las ganas de gritar, de llorar. Volvió la decisión de decirle todo lo
que me pasa y la cobardía al momento de hacerlo. Volvió todo, todo eso
que me quita fuerza. Todo eso que detesto.