Uno cree que al sentirse deprimido la solución es llorar. Llorar, gritar, ahogarse en penas.
Creemos inocentemente que así el dolor se irá. Y a veces se va, a veces no.
Lloramos, lloramos hasta secarnos por dentro y la angustia sigue allí: rondando en el alma.
Y no entendemos, no nos entra en la cabeza cómo es que un problema puede hacernos sentir tan miserables, tan impotentes.
He llorado y gritado todo lo que lo odio.
He escrito miles de maneras invisibles de olvidarlo.
Y saben? ninguna funciona.
La herida sigue sangrando y cada vez que levanto mi cabeza pareciera que siempre está presente.
Sé que mi error es mirar el pasado una y otra vez, caminar de espaldas mirando el camino. Extrañando el camino, mejor dicho.
No caigan en los mismos errores, sería muy tonto decirles que me siento mejor desahogándome acá. Porque a decir verdad me siento vacía.
Y cada ves que me desahogo me vacío mas, y mas, y mas.
Creemos inocentemente que así el dolor se irá. Y a veces se va, a veces no.
Lloramos, lloramos hasta secarnos por dentro y la angustia sigue allí: rondando en el alma.
Y no entendemos, no nos entra en la cabeza cómo es que un problema puede hacernos sentir tan miserables, tan impotentes.
He llorado y gritado todo lo que lo odio.
He escrito miles de maneras invisibles de olvidarlo.
Y saben? ninguna funciona.
La herida sigue sangrando y cada vez que levanto mi cabeza pareciera que siempre está presente.
Sé que mi error es mirar el pasado una y otra vez, caminar de espaldas mirando el camino. Extrañando el camino, mejor dicho.
No caigan en los mismos errores, sería muy tonto decirles que me siento mejor desahogándome acá. Porque a decir verdad me siento vacía.
Y cada ves que me desahogo me vacío mas, y mas, y mas.